miércoles, 14 de marzo de 2012

Marxistas y Nazis

Tantos temas interesasntes, y tan poco tiempo para sentarme a escribir. Hace un tiempo el gobernador de San Juan se refirió como "nazis" a los militantes contra la minería a cielo abierto en su provincia.No hace falta repasar la historia, porque todo el mundo sabe a que se refiere el término. EL uso parece como inimo liviano, para referisrse a civiles que se enfrentan al poder político y económico combinados buscando fender el paisaje y los recuros de su provincia, exponiendose a prisiòn sin más motivo que el oponerse al "progreso". Este progreso implica volar montañas, consumir millones de litros de agua diarios gratis, rigiendose por porotcolos ambientales creados por las mismas emprsas explotadoras del recurso, con el apoyo de los trabajadores que por cobrar sueldos algo mayores que la media nacional se ponen la camiseta de la empresa sin analizar los inconvenientes a futuro. Todo con beneficios impositivos heredados del menemismo y potenciados por el kirchnerismo. Se puede encontrar información en el libro editado por Maristella Svampa y Mirta Antonelli, y el más reciente escrito por Miguel Bonasso.

La diarrea verbal de Gioja es clara, propablemente nadie realemnte crea que los ambientalistas san juaninos quieran exterminar millones de personas, pero indigna que muchos hayan comprado que la minería realizada de cualqueir manera es la única forma de salir de la pobreza. El aprendizaje que surje de décadas de práticar una acitvidad lleva en general a mejorar los procesos para hacerlos más eficientes y con menor impacto. En la mayoría de las industrias esto es asi, e implica un mayor costo que se justifica, por un lado, por la mejor imágen yque obtienen las empresas y, con mayor frecuencia porque aparecen legislaciones que obligan a cambiar. Pero siempre hay excepciones, y por eso algunas empresas buscan países donde puedan continuar produciendo con tecnologías prohibidas en sus países de orígen, en otros donde los gobiernos sean ignorantes de cuestiones ténicas, y demasiado preocupados por su beneficio personal como para imaginar consecuencias adversas de sus malas decisiones. Si los procesos más sofisticados y costosos existen y se realizan, vender la idea de que las exenciones impositivas y permisos para autocontrolarse sean la única manera de atraer inversiones es un argumento propio del lobby empresario, y sorprende esucharlo de boca de los Nac & Pop.

Casi como si estuviera armado, un simple trabajador cementero de Olavarría  que dialogaba con La Presidenta se reifirió esta vez a los nazis catamrqueños, que no dejan trabajar. En el caso de Catamarca se aplicó por primera vez la ley antiterrorista, a pesar de las promesas de que no se iba a reprimir la protesta social. Dominguez, el supuesto simple trabajador, que en realidad era un dirigiente sindical (aunque la presidenta haya dicho textualmente "vos no sos un dirigente, sos un simple trabajador"). Aunque los programas dedicados a defender cuestiones indefendibles lanzaron la idea de que un dirigente es un trabajador (no vale la pena la contrarréplica), y aún si lo fuera, porque debería ser más importante la opinión de un trabajador cementero de Olavarría que la de personas que defienden el agua, sin un inerés personal. Aún si un trabajador pudiese identificar un impacto negativo, no es imparcial, porque además de cobrar el sueldo de parte de su emplear muchas veces firma acuerdos de confidencialidad.

Pero para no seguir desvíandome del rumbo que pretendía tomar, el uso del calificativo nazi, nuevamente surgió en un discurso de su excelencia donde se refiere a dos artículos, uno de Clarín que hablaba de Aerolíneas Argentinas y otro de La Nación sobre el manejo de la economía. En el fondo ámbos artículos giraban alrededor del militando por un puesto Nac & Pop, bautizado en honor a un etéreo ex presidente.

Ninguno de los artículos ni sus autores me interesan particularmente, pero detenerse a analizarlos y recurrir al exceso de calificación, me llamó la atención. Tanto "nazi" como "facho" suslen usarse livianamente. Incluso el peronimos como movimemiento tuvo muchos más componentes del fascismo que los principales destinatarios del término, particularme los de los globos de colores y carteles amarillos.

La política adoptó las actitudes de las barra bravas del futbol. No por los mutuuos apoyos que se propician, sino por la calificación o descalificación del adversario. No importan los motivos, el otro es un vigialnte de la federal. La señora se sintió agraviada porque Pagni se refirió a Axel Kicillof, com "el Marxista que desplazó a Boudou" en su artículo. En general se conviene que nazi y facho se usan peyorativamente, pero marxista solo era un agravio en la boca de McCarthy hace 60 años, en pleana guerra fría. La señora de negro vive en otros tiempos. Bien usado Marxista se refiere a un economist, a cualquier individuo en general que siga las ideas del economista y filósofo alemásn Karl Marx. No pretendo surgir como abogado defensor de Pagni, pero definir al orientación filosófico-económica de un funcionario de economía no parece una actitud nazi. Sin caer en los calificativos de la segunda línea, en particular identicando a cualquiera como un simio de gran tamaño, una rápida búsqueda en los discursos del sitio de Presidencia de la Nación muestra que usó repetidas veces el término neoliberal. Siempre buscándo culpar de todos los problemas actuales a la corriente ecónómica que dominó la década de los 90, sin importar que hace 9 años los porblemas podráin con igual o más nivel de rigurosidad ser atribuidos al "neo keynesianismo" aplicado por Nestor y Cristina.

El resultado más reciente es el discurso de inauguración de las sesiones ordinarias en el congreso de la nación, que merece varias páginas de análisis. Cualquiera puede encontrar sus intentos de instruirnos en economía en el sitio de la casa rosada. Si decir "Marxista" para la señora es mala palabra, entonces podría también serlo decir "Neoliberal". O tal vez esté sobreactuando para la tribuna.

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