martes, 27 de marzo de 2012

Quema de libros para todos

Siguen los manotazos de ahogado para cuidar los dólares disfrazados por el Ministerio de la Verdad para parecer otra cosa. Esta vez, el Secretario quiere proteger a los Argentinos de los peligros que entrañan los escritos foráneos, y la excusa en este caso es el (posible) contenido de plomo en las tintas. Queda a criterio de la dirección de aduana la importación de libros, gracias a los mecanismo establecidos en la resolución de la Secretaría de Comercio Interior 453/2010 y la reciente Disposición 26/2012. ¡Que suerte que está Moreno para cuidarnos!

Actualización 05/04/2012
Después de unos días de ocupar los titulares de todos los medios, se anunció que el gobierno daba marcha atrás con las restricciones. No hubo cambios legales, las normas siguen vigentes, pero se supone que no se van aaplicar. Por un lado queda abierta la posibilidad de volver a aplicarla cuando haya alguna cortina de humo, y por otro lado muestra que este tipo de medidas dependen del criteiro de aplicación de uno o unos pocos funcioanarios, y no de una política pensada y escrita.
Una perlita fueron las palabras del vicepresidente tercero de la UIA Juan Carlos Sacco (Ahora la UIA es nac & pop). Según declaró, la resolucion 453/2010 es una normativa ambiental (a pesar de que su título es "Lealtad Comercial", que demuestra parte de su intención): "Uno manosea el libro. Y posiblemente ponga el dedito en la lengua para cambiar la hoja. Esto es una medida seria".

Si uno tomara en serio lo que dice, más que una medida ambiental sería de salud pública. Pero no se puede tomar en serio algo asi. Gran parte de los caños de agua en el país son de plomo. De ahi el orígen del témino "plomero". El plomo se acumula en los tejidos y a largo plazo puede tener consecuencias adversas, por eso se reemplazo por el plástico en los caños de agua y en los combustibles se reemplazó como antidetonante el tetraetilo de plomo por MTBE. Durante años la humanidad tuvo (y tiene) contacto con el plomo a través del aire y del agua. El plomo no desapareció de nuestras vidas, y no es eso un motivo de alarma. Es acertado haber eliminado el plomo en los, combustibles de modo de reducir el contenido en el aire en las ciudades.

Aún en el hipotético caso de que la tinta de un libro contuviera plomo, decir que tocarlo puede traer problemas a la salud es una vil mentira que esconde el verdadero motivo de la medida, y por el cuál un dirigente industrial la defiende. En el último párrafo de la nota dice, "En los últimos cinco años se importaron 140 mil toneladas de libros por 550 millones de dólares. Y en 2011 tuvimos un desbalance de 78 por ciento, unos 125 millones de dólares en contra". O sea, disfrazan otra medida improvisada para limitar importaciones como una medida ambiental/salud/industrialista. No es industrialista prohibir determinado tipo de importación como medida aislada. Y menos si eso implica censura discrecional.

De analizar el componenente censurador de esta medida se ocupo ayer el Secretario de Cultura de la Nación, quién declaró que la medida apunta a la soberanía cultural del país, "que consiste en que tengamos cada vez más una mayor capacidad de decisión para decir que se debe editar". ¿Estoy exagerando en pensar que es peligroso que el poder económico (Sacco por la UIA) y el poder político (Coscia por el gobierno nacional) se unan para decidir que se debe editar?

miércoles, 14 de marzo de 2012

Marxistas y Nazis

Tantos temas interesasntes, y tan poco tiempo para sentarme a escribir. Hace un tiempo el gobernador de San Juan se refirió como "nazis" a los militantes contra la minería a cielo abierto en su provincia.No hace falta repasar la historia, porque todo el mundo sabe a que se refiere el término. EL uso parece como inimo liviano, para referisrse a civiles que se enfrentan al poder político y económico combinados buscando fender el paisaje y los recuros de su provincia, exponiendose a prisiòn sin más motivo que el oponerse al "progreso". Este progreso implica volar montañas, consumir millones de litros de agua diarios gratis, rigiendose por porotcolos ambientales creados por las mismas emprsas explotadoras del recurso, con el apoyo de los trabajadores que por cobrar sueldos algo mayores que la media nacional se ponen la camiseta de la empresa sin analizar los inconvenientes a futuro. Todo con beneficios impositivos heredados del menemismo y potenciados por el kirchnerismo. Se puede encontrar información en el libro editado por Maristella Svampa y Mirta Antonelli, y el más reciente escrito por Miguel Bonasso.

La diarrea verbal de Gioja es clara, propablemente nadie realemnte crea que los ambientalistas san juaninos quieran exterminar millones de personas, pero indigna que muchos hayan comprado que la minería realizada de cualqueir manera es la única forma de salir de la pobreza. El aprendizaje que surje de décadas de práticar una acitvidad lleva en general a mejorar los procesos para hacerlos más eficientes y con menor impacto. En la mayoría de las industrias esto es asi, e implica un mayor costo que se justifica, por un lado, por la mejor imágen yque obtienen las empresas y, con mayor frecuencia porque aparecen legislaciones que obligan a cambiar. Pero siempre hay excepciones, y por eso algunas empresas buscan países donde puedan continuar produciendo con tecnologías prohibidas en sus países de orígen, en otros donde los gobiernos sean ignorantes de cuestiones ténicas, y demasiado preocupados por su beneficio personal como para imaginar consecuencias adversas de sus malas decisiones. Si los procesos más sofisticados y costosos existen y se realizan, vender la idea de que las exenciones impositivas y permisos para autocontrolarse sean la única manera de atraer inversiones es un argumento propio del lobby empresario, y sorprende esucharlo de boca de los Nac & Pop.

Casi como si estuviera armado, un simple trabajador cementero de Olavarría  que dialogaba con La Presidenta se reifirió esta vez a los nazis catamrqueños, que no dejan trabajar. En el caso de Catamarca se aplicó por primera vez la ley antiterrorista, a pesar de las promesas de que no se iba a reprimir la protesta social. Dominguez, el supuesto simple trabajador, que en realidad era un dirigiente sindical (aunque la presidenta haya dicho textualmente "vos no sos un dirigente, sos un simple trabajador"). Aunque los programas dedicados a defender cuestiones indefendibles lanzaron la idea de que un dirigente es un trabajador (no vale la pena la contrarréplica), y aún si lo fuera, porque debería ser más importante la opinión de un trabajador cementero de Olavarría que la de personas que defienden el agua, sin un inerés personal. Aún si un trabajador pudiese identificar un impacto negativo, no es imparcial, porque además de cobrar el sueldo de parte de su emplear muchas veces firma acuerdos de confidencialidad.

Pero para no seguir desvíandome del rumbo que pretendía tomar, el uso del calificativo nazi, nuevamente surgió en un discurso de su excelencia donde se refiere a dos artículos, uno de Clarín que hablaba de Aerolíneas Argentinas y otro de La Nación sobre el manejo de la economía. En el fondo ámbos artículos giraban alrededor del militando por un puesto Nac & Pop, bautizado en honor a un etéreo ex presidente.

Ninguno de los artículos ni sus autores me interesan particularmente, pero detenerse a analizarlos y recurrir al exceso de calificación, me llamó la atención. Tanto "nazi" como "facho" suslen usarse livianamente. Incluso el peronimos como movimemiento tuvo muchos más componentes del fascismo que los principales destinatarios del término, particularme los de los globos de colores y carteles amarillos.

La política adoptó las actitudes de las barra bravas del futbol. No por los mutuuos apoyos que se propician, sino por la calificación o descalificación del adversario. No importan los motivos, el otro es un vigialnte de la federal. La señora se sintió agraviada porque Pagni se refirió a Axel Kicillof, com "el Marxista que desplazó a Boudou" en su artículo. En general se conviene que nazi y facho se usan peyorativamente, pero marxista solo era un agravio en la boca de McCarthy hace 60 años, en pleana guerra fría. La señora de negro vive en otros tiempos. Bien usado Marxista se refiere a un economist, a cualquier individuo en general que siga las ideas del economista y filósofo alemásn Karl Marx. No pretendo surgir como abogado defensor de Pagni, pero definir al orientación filosófico-económica de un funcionario de economía no parece una actitud nazi. Sin caer en los calificativos de la segunda línea, en particular identicando a cualquiera como un simio de gran tamaño, una rápida búsqueda en los discursos del sitio de Presidencia de la Nación muestra que usó repetidas veces el término neoliberal. Siempre buscándo culpar de todos los problemas actuales a la corriente ecónómica que dominó la década de los 90, sin importar que hace 9 años los porblemas podráin con igual o más nivel de rigurosidad ser atribuidos al "neo keynesianismo" aplicado por Nestor y Cristina.

El resultado más reciente es el discurso de inauguración de las sesiones ordinarias en el congreso de la nación, que merece varias páginas de análisis. Cualquiera puede encontrar sus intentos de instruirnos en economía en el sitio de la casa rosada. Si decir "Marxista" para la señora es mala palabra, entonces podría también serlo decir "Neoliberal". O tal vez esté sobreactuando para la tribuna.