martes, 11 de junio de 2013

Proceso de democratización y revolución productiva

De ese diario irreverente que fundó Lanata hace 25 años, solo queda el nombre. Este pasquin al servicio del poder político y buena parte del poder económico nos regala cosas como esta.

Al día siguiente de la represión de la policía metropolitana en el Hospital Borda, que tuvo 50 heridos y 8 detenidos, Página 12 nos regaló una imagen digna del Call of Duty.

Al día siguiente de la represión de la policía del Chaco en la localidad de Castelli, que causó 50 heridos y un muerto, en la tapa no aparece nada.



Queda bien claro el blindaje del conjunto de medios financiados por el gobierno hacia los gobernadores amigos.

Es muy raro ver en esos medios menciones a la represión en las provincias del norte, como parte del avance sojero sobre el bosque nativo, o sobre la represión contra manifestantes anti minería en las provincias cordilleranas. Al margen de la retórica anti corporativa es clara la posición a favor de esas actividades, sin ningún reparo en su impacto ambiental y social. Verde dolar mata verde árbol.

El 11 de Junio, el mencionado pasquin encabeza un artículo con una cita, de quien más sino de la presidenta Fernandez, "la democratización no puede atemorizar a nadie".

El cronista de la nota, apoya la falsedad evidente de que el nombre define las características del objeto, entonces llamar "democratización" a un conjunto de medidas las hace "democratizantes", y quién se oponga es anti democrático.

La frase completa fue “Yo no sé, si hubiéramos largado un programa de monarquización de la Justicia comprendería que todo el mundo estuviera tan nervioso o indignado, pero la palabra democracia no puede atemorizar a nadie”

Tan evidente como necesario es aclarar que el problema no es la "palabra democracia", sino las consecuencias que tendría, por ejemplo que la corporación política sea quien nombre a los jueces. Nada tienen de democráticas las listas sábanas donde se esconden oscuros personas detrás de un nombre.

Si fuera así, durante el menemismo vivimos salariazo y revolución productiva, y entre el 76 y el 83, un mero proceso de reorganización nacional. Pero aunque la cínica señora lo esconda, no importa el nombre que se le elija, por marketinero que sea, sino las consecuencias que traerá en los hechos.

Y en los hechos se parece más a una monarquización porque relega a la justicia a un lugar de dependencia del poder ejecutivo, y las mayorías circunstanciales pasarían a controlar los tres poderes.

Pero además aleja la definición de la mayoría de las causas (si ya era lenta la justicia, ¿que pasará al existir una nueva instancia?) o los límites a medidas cautelares. En el afán de combatir algunas corporaciones (obviamente no todas, ni Chevron, ni Barrick, ni Los Grobo, ni IRSA, ni el Grupo Petersen, ni el Grupo Veintitres, ni Lázaro Baez, pueden decir que son "perseguidos, ni mucho menos) el gobierno se corporativiza.

El discurso de la presidenta incluyó el recordatorio a los jueces de que asi como EL los había nombrado, ELLA los podía sacar. Eso es democracia?

No hay comentarios:

Publicar un comentario