martes, 23 de agosto de 2011

Pragmatismo, hipocresía y cinismo

"No creo en el axioma de que cuando se gobierna se cambia convicción por pragmatismo. Eso constituye, en verdad, un ejercicio de hipocresía y cinismo...." Nestor Kirchner

Una palabra autorizada si se trata de hipocresía y cinismo.

Pasó la dictadura lejos de la agitación de la lucha armada, en su Río Gallegos natal, lucrando con la renta financiera. Aprovechando la circular 1050 del BCRA, que estableció los intereses exponenciales para los créditos, y su capacidad de negociación desde una compañía financiera se fue quedando con las propiedades de quienes se les hacia imposible afrontar las cuotas. Un eje central de la construcción del discurso kirchnerista era el “modelo”; de acuerdo al mito que se pretendió instalar, un modelo de matriz productiva diversificada con inclusión social, en contraposición al neo liberalismo salvaje de los capitales financieros internacionales. Aunque hubo recuperación de la actividad industrial, las cifras muestran que la industria aporta un porcentaje parecido del PBI que en lo 90. Durante su gobierno y el de su mujer, se ocuparon de hablar con vehemencia contra la patria financiera, de la que habían obtenido tantos réditos.

Recién descubrió la dictadura cuando Videla era una imagen en la pared de la ESMA, para descolgarla frente a las cámaras de televisión. Esta y otras actitudes pragmáticas le valieron el apoyo de varias organizaciones de derechos humanos, y así usufructo la imagen positiva de estas, logrando que el partido gobernante sea dueño de los derechos humanos.

Se los escuchó muchas veces decir que venían a imponer un nuevo paradigma, a revertir el modelo neoliberlal de los 90 y una recuperación de lo Nacional, pero mientras eran parte del Poder Ejecutivo y Legislativo santacruceño, apoyaron la venta de YPF, que le valió a la provincia fondos por las ventas de las acciones que fueron a parar a un paraíso fiscal.

Era gobernador de la lejana y despoblada Santa Cruz y apareció en la escena nacional en 2003 de la mano de Duhalde, como candidato a sucederlo, luego de que Reutemann y De la Sota le escaparan al bulto. Fue segundo en las elecciones con el apoyo del aparato Duhaldista; casi la mitad de los votos que obtuvo la fórmula Krichner-Scioli en esas elecciones vinieron de la provincia de Buenos Aires, donde el aparato tenía más peso. Durante los años siguientes logró instalar la idea (no demasiado errada) de que su predecesor en la presidencia era un personaje siniestro y mafioso. Con el tiempo se fue adueñando del aparto Duhaldista repitiendo las prácticas de clientelismo y amiguismo para los negocios. Los mismos intendentes enquistados en el poder, que antes respondían a Duhalde ahora respondían a Nestor. ¿Serían distintos ahora? Un Duhaldista de la primera hora como Aníbal Fernández, prófugo de la justicia en 1994 cuando era intendente de Quilmas, y sospechado de tener lazos con el narcotráfico (sospechas acrecentadas durante los 8 años que le tocó manejar la Policía Federal, pasaba a ser ahora el principal soldado de kirchnerismo, y hasta atacaba a su anterior “padrino”.

En 2002, mientras hacía campaña durante la presidencia de Duhalde, dió un discurso en Santa Fé criticando la política de derechos de exportación, que luego durante su gobierno y el de su sucesora siguieron aumentando y en 2008 representaron el 13% del presupuesto nacional.

Después de 8 años de escuchar los enérgicos discursos contra los 90, este 2011 trajo la frutilla del postre de este resumen de actos de pragmatismo, hipocresía y cinismo del kirchnerismo: en las últimas elecciones el mismo Ménem del que intentaron diferenciarse para la tribuna, fue candidato a Senador por La Rioja con su Lista Verde del Frente Popular Riojano, adhiriendo a la precandidatura presidencial de Cristina Fernandez de Kirchner.

Como en el 95


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