domingo, 30 de diciembre de 2012

Van por todos

Llegó, inesperadamente, la primera condena para un funcionario kirchnerista. Tiemblan Jaime y Boudou, aunque este último mostróun halo de protección a su alrededor que le permitió hacer renunciar al procurador general de la naciion, y remover al juez y fiscal de la causa que lo investigaba. El limite fue el intento de nombrar a Reposo para reemplazar a Righi.

Hasta ahora la única condena por corrupción fue para María Julia Alsogaray, y escuché a alguien decir que esto era injusto con ella, no por no merecerlo, sino por la certeza no probada que no fue la única.

Una de sus frases después del fallo dice mucho sobre la impunidad que genera el poder:
"Evidentemente no tuve estructura de poder propia y muchos otros ministros sí la han tenido, y lo estoy pagando",

Se la condeno a 4 años de prisión en suspenso, 8 años de inhabilitación para ejercer cargos públicos y a devolver los 100.000 pesos por encubrimiento agravado y destrucción de documento público. Parece un detalle en relación a la compra de vagones de ferrocarril inservibles, el otorgamiento de subsidios para feedlots inexistentes, entregar la impresión de billetes a testaferros o los negocios detrás de la importación de combustibles, pero no deja de ser un delito.

Si, es significativo que delitos peores queden impunes, y ahí una de las mejores explicaciones las dio la propia Miceli, las estructuras de poder que aseguran que nada pase.

Jaime y Boudou saben que nada puede pasarles, Miceli sabe que con el halo protector con el que cuenta Boudou podría haberse salvado, aunque al decirlo reconozca su delito.

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