martes, 26 de febrero de 2013

Alem, 9 de Julio, Tecnópoli, el despertar ecologista y lo bizarro

Si alguien todavía dudaba de las motivaciones políticas en la intervención alrededor de los árboles de que se llevó puesto el Metrobus (insisto que no estoy de acuerdo con un trazado que siga el recorrido del subte ni con la remoción de los árboles), las obras de extensión de la línea E de subte implicaron el traslado de 61 tipas de la Avenida Alem. No recuerdo que Foster haya escrito algo sobre esos árboles. Tal vez porque algunos árboles sean más importantes que otros. O más probablemente, porque la extensión de la linea E la lleva adelante la Presidencia de la Nación.

La polémica alrededor de Tecnópolis llegó a límites bizarros con una carta escrita por los árboles del predio. Increíble que haya funcionarios con tanto tiempo libre. Los arboles del impenetrable chaqueño no pueden escribir, porque se convirtieron en durmientes de ferrocarril.

Personalmente no me convencieron ni el videito de la araucaria ni la la carta de Parrilli (donde trató de mentiroso y vago irresponsable a Macri, siguiendo el pedido de tolerancia de la conductora del proyecto). En las imágenes se ve claramente la disminución de superficie verde, especialmente en la zona del estacionamiento, aunque Parrilli, a pesar de las imágenes satelitales niega que se hayan sacado arboles, y hasta sostiene que se agregaron.

Y aunque los arboles afirmen en su carta que el pasto no produce sombra, no quiere decir que sea menos importante. El pasto también absorbe energía solar, reduciendo la temperatura,  y transforma el CO2 en materia orgánica.

Se estima que 1 hectárea de hierba captura 1 tonelada de carbono al año. Un árbol de 20 años captura 10 kilos de carbono equivalente (puede ser más o menos, según la especie), por lo tanto, aún si fuera cierto que no se sacaron arboles, la superficie verde eliminada del predio equivale aproximadamente a 500 arboles.

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